Antecedentes del derecho fiscal

Los antecedentes del derecho fiscal también se describen en la Biblia. En el libro Génesis (capítulo 47, versículo 24) – de la Nueva Versión Internacional), afirma lo siguiente: «Pero cuando venga la cosecha se dará una quinta parte al Faraón.

Las otras cuatro quintas partes es posible mantenerlas como semillas para los campos y como alimento para ustedes y sus familias y sus hijos «. Joseph estaba diciendo al pueblo de Egipto la forma de dividir sus cultivos, proporcionando una parte al Faraón. Una parte que suponía la nada despreciable cifra de un 20% de la cosecha.

En Egipto los campesinos resultaban encarcelados por falta de pago de sus impuestos.

El primer sistema conocido de fiscalidad aparece en el Antiguo Egipto alrededor de los años 3000 AC al año 2800 AC en la primera dinastía del Antiguo Reino. Los documentos tratan el momento en el que el faraón realizaba un Tour por el beneficio del reino recogiendo los ingresos fiscales de las personas.

En la India, los gobernantes islámicos impusieron la tasa de «jizya» a partir del siglo XI la cual fue abolida por Akbar. Exsten muy pocos registros de un gobierno recaudando impuestos en Europa al menos desde el siglo XVII los cuales todavía están disponibles en la actualidad. Sin embargo, los niveles de imposición son difíciles de comparar con el tamaño y el flujo de la economía, ya que en temas de producción los números no son tan fácilmente cuantificables.

La fiscalidad como un porcentaje de la producción de bienes finales pudo haber alcanzado el 15% – 20% durante el siglo XVII en lugares como Francia, los Países Bajos y Escandinavia. Durante las guerras europeas del siglo XVIII y principios del siglo XIX, los tipos impositivos en Europa aumentaron de manera espectacular. Los gobiernos se posicionaron más centralizados y se convirtieron en verdaderos expertos en la recogida de impuestos.

Este aumento fue mayor en Inglaterra, Peter Mathias y Patrick O’Brien consideraban que la presión fiscal aumentó en un 85% durante este período. Otro estudio confirmó este número, y sacó la conclusión de que per cápita los ingresos fiscales han crecido casi seis veces más. Las tasas medias de impuestos fueron más altos en Francia que en Gran Bretaña el año anterior a la Revolución Francesa, el doble del ingreso per cápita en comparación, pero se debían en su mayoría en el comercio internacional. En Francia, por lo general los impuestos eran más bajos, pero se centraron principalmente en los propietarios de tierras, las personas y el comercio interior y, por tanto, se creó mucho más resentimiento.

Como dato mas moderno diremos que la fiscalidad como porcentaje del PIB en 2003 fue de 56,1% en Dinamarca, 54,5% en Francia, 49,0% en la zona del euro, un 42,6% en el Reino Unido.

 

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